lunes, 8 de febrero de 2010

Cinema Paradiso

“Así lo quiere el soñador. Que ese mar se alza y se hunde en miles de olas; que los bosques se estremecen a cada instante desde las raíces hasta la última hoja; que en las piedras de los castillos en ruinas imperan derrumbamientos y grietas constantes; que en el cielo, antes de que se formen las nubes, hierven gases en luchas invisibles; todo esto tiene que olvidarlo para entregarse a las imágenes. En ellas tiene reposo, eternidad. Cada batir de alas de un pájaro que le roza, cada ráfaga de viento que le estremece, cada cercanía que le toca, es un mentís. Pero la lejanía reconstruye su sueño. (…) El placer del soñador reside por tanto en poner un término a la naturaleza en el marco de desvaídas imágenes.”
(De “Sombras breves”, en Discursos interrumpidos I)

Tomar distancia para el ideal. En este sentido, toda imagen es perfecta, total, apariencia armónica y completa que vive entre las grietas porque no tiene otro lugar donde ir a parar.
La tranquilidad del paraíso perdido aparece en el fondo blanco de la pantalla sobre la que se imprime la imagen, siempre ideal en sus confines.

No hay comentarios: