viernes, 5 de febrero de 2010

Rutina infantil – Seguidilla IV

No lo conocía tampoco pensaba en que no lo iba a ver más hasta que un día cuando ya no estaba de acuerdo con lo que solía afirmar para sí que nunca nadie iba a llegar a tocarlo en serio confirmaba las versiones que se habían entreoído en la calle las bicicletas trastornaban a los niños que preferían los triciclos para convertirse en fantasmas y pasar de la cuna al otro mundo anterior a lo que nos contaban cuando chicos los juguetes se rompían los rompían nos los rompían sin más caramelos más dulces menos tristes estábamos cada vez que nos cruzábamos en la calle con los compañeros de la escuela tenía un taller de actividades prácticas inusuales entre adultos racionales profesionales pensadores bien pensadores bien intencionados amables comprensivos de toda situación en la que terminábamos resultaba ser idiota.

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